viernes, 20 de mayo de 2011

Y saltan las cuerdas.

Mírame y miénteme
dime que me quieres y
que no puedes vivir sin mí.
Di lo que yo no digo,
siente lo que yo no siento,
ama lo que está prohibido amar;
víveme y respira cada centímetro
de mi cuerpo hasta que mi corazón,
ahogado por tus te quieros,
abandone su regular latido y
se convierte en otro fugaz
haz de tu infinita mirada.

Tú, yo y nuestra botella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Resquicio de nuestros gritos