Yo busco lo que tú sólo puedes darme.

Que se me hinchen las venas, que los globitos se duerman y que mi mente vuele sobre cada uno de esos idiotas que te critican por ser un amor prohibido; prohibido o no, eres un amor, y un amor siempre vale más que nada.

Contigo dentro de mí, follándome con tu sentimiento de aislamiento

Me terminarás matando.

Ella piensa que está bien.

Hay veces que intento recordar cosas que no me han pasado, intento imaginarme dentro de otra persona y busco poder sentir lo que él/ella ha sentido... Es estúpido, al final de una u otra manera aparece algo que me vuelve a unir con mi horrorosa realidad, esa aburrida y monótona.

En otras ocasiones camino por el barrio con el pelo despeinado, legañas y las gafas de sol para parecer uan especie de vagabundo cosmopolita al que le importa una mierda lo que piensen los demás; en esos momentos deambulo arrancando pequeñas ramitas de esos arbustos que huelen a campo pero que crecen en la ciudad y raspándolos mano con mano para que su fragancia cubra la colonia cara con olor a superioridad que todos llevamos de fábrica.
No me gusta ser quién soy y Dios sabe que si tuviese la oportunidad de cambiar no lo haría, soy un cobarde que prefiere ser una mierda antes que intentar ser un ángel... Tengo miedo, del exterior y de mi mismo, y sé que no podré cambiarlo por muchos arbustos que arranque y por muchas gafas que me ponga...

Putas ganas de seguir.

We choose.

Vamos a perdernos en la oscuridad de este día de verano, en las sombras que abrazan y atraen nuestros sueños hacia un futuro cercano, un futuro fatídico pero un futuro de cualquier modo. Vamos a sentarnos y mirar a través de la vida cristalizada como pasa la gente a ritmo agetreado al llegar tarde a su cita con el amor, el amor al trabajo y a la perfección.
Vamos a elegir entre una opción, vamos a sonreír con una cuchilla pegada a los labios, vamos a leer a Loriga siendo unos pijos de mierda analfabetos, vamos a perdernos en una habitación, vamos a tirarnos sin paracaídas a un acantilado... a dejar que nos folle el viento con cada bocanada, a dejar de ser quién somos y ser quién no queremos ni quieren que seamos: unos locos.

Luchamos en una guerra que no podemos ganar.

Placeres minúsculos.

Y más y más caprichos, dádmelos todos.

Yo NO.

Hoy me he puesto emotivo y al recordar nuestra historia pequeñas y frágiles gotas de lágrima han resbalado por el valle escarpado hasta desembocar en mis labios; rodeado de imágenes de guerra y de lugares en los que parece no haber estado nunca un alma, lugares insólitos e inhóspitos rodeados de nada. Los libros encierran historias oscuras, historias que no quieren ser contadas e historias que quieren ser liberadas de las cadenas del tabú.

Miles de muertos lleva ya cobrada la historia, miles y millones rendidos ante sus miedos y su pasiones; no seré uno más, voy a dejar de sentir y a rodearme de todo lo que la nada puede ofrecerme: la sensación de ser el mejor en un espacio en el que no haya nadie excepto yo, suena cobarde pero, ¿quién es el macho que le dice sí al amor? Mejor morir habiendo conocido el dolor que vivir sin haber sentido nada.

No pasarán.

Los de verdad, los auténticos.

Siempre se ha dicho que en un gran show de rock sólo hacen falta unas luces que iluminen un gran recinto lleno de personas locas por escuchar solos estruendosos de guitarra en amplificadores gigantescos de marcas super caras, pero creo que no es del todo así. En ese mundo aparte que es el rock, lleno de gente extravagante y rara que fue expulsada de sus institutos por conducta antisocial y que en realidad sólo son personas como tú y como yo, se encuentra un pequeño grupo de hombres y mujeres elegidos que tocan música impresionantemente buena con instrumentos extrañamente extraños. Son mis músicos de verdad, la música que alimenta de verdad mi corazón hambriento de rugidos rockeros y suaves melodías de buenas noches, como esas que suenan en los cafés parisinos las tardes frescas de verano.

Y huele a verano...

Y a rocío seco. y a dejarnos llevar. y a guitarra acústica en el césped de tu casa. y a la libertad tan sumamente ansiada. y a las calles de Madrid. y a chocolates y helado. y a los vestidos de las niñas de mi edad. y a la colonia del aire y de las nubes. y a gritos desde colinas imaginarias. y a tiendas caras. HUELE a un verano lleno de nada y vacío de todo.

No creo que lo sea.