En otras ocasiones camino por el barrio con el pelo despeinado, legañas y las gafas de sol para parecer uan especie de vagabundo cosmopolita al que le importa una mierda lo que piensen los demás; en esos momentos deambulo arrancando pequeñas ramitas de esos arbustos que huelen a campo pero que crecen en la ciudad y raspándolos mano con mano para que su fragancia cubra la colonia cara con olor a superioridad que todos llevamos de fábrica.
No me gusta ser quién soy y Dios sabe que si tuviese la oportunidad de cambiar no lo haría, soy un cobarde que prefiere ser una mierda antes que intentar ser un ángel... Tengo miedo, del exterior y de mi mismo, y sé que no podré cambiarlo por muchos arbustos que arranque y por muchas gafas que me ponga...
Putas ganas de seguir. |
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Resquicio de nuestros gritos